Después de un fin de semana tan largo como el que acabamos de concluir, las ganas con las que comenzamos la semana son escasas. Cuanto más descansamos más ganas tenemos de no hacer nada. Es increíble cuanto podemos llegar a desconectar en tan poco espacio de tiempo.
Durante estos últimos días, nos hemos dedicado a probar comida, conocida por todos. Algo de guacamole, huitlacoche, dim sum, migas manchegas y algo de sashimi.
Como veis, el fin de semana ha dado para mucho, desde el punto de vista gastronómico. Es muy curiosa la variedad de cocinas que podemos experimentar sin, practicamente, salir del barrio.
Hace unos años, la cocina asiática, se resumía en los restaurantes chinos con su arroz tres delicias y sus rollitos de primavera.
En la actualidad la variedad de restaurantes a nivel de precio, menú y especialidades es considerable.
El domingo estuvimos en un restaurante asiático en el centro de Madrid, donde pese a la reserva que teníamos, tuvimos que salir deprisa del local porque había un segundo turno de personas que se agolpaban a la puerta.
La comida, en general, estaba rica y el pato laqueado estaba buenísimo y esto me lleva a pensar que los españoles y en especial los madrileños hemos cambiado nuestros hábitos alimenticios de manera notoria.
¿ Quién se podría haber imaginado hace una decada que el día de la madre un restaurante con pato laqueado iba a estar completamente lleno y que habría que esperar en la puerta?.
El precio superaba los 25 euros por persona y la media de edad los 40 años.
Si bien, Madrid ha incrementado su población foránea, también es notoria los nuevos gustos y las ganas que tenemos de experimentar ingredientes nuevos y técnicas culinarias diferentes.
Nos gusta probar nuevos sabores y texturas y esto está contribuyendo a que la cocina que actualmente se realiza en nuestro país esté de moda.
lunes, 5 de mayo de 2008
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