Pasear por las calles de la Gran Manzana es un gran placer, es descubrir en un mismo espacio todo un coctail de etnias, ritmos, razas y lenguas. Igual pasa con la diversidad de restaurantes, en la misma acera de una misma calle puedes tener todo tipo de comida, de buena comida.
El tópico tipico de que en EEUU solo se comen hamburguesas es algo que hay que empezar a desterrar, una variedad de pescados inhundan las cartas de los grandes restaurantes newyorkinos. La fusion entre diversos tipos de cocina están presente en multitud de restaurantes. La variedad de cocinas, con diferentes ingredientes y tecnicas enriquecen a esta ciudad de grandes proporciones.
Al salir del metro por cualquier calle centrica de Manhattan, el olor a la mezcla de salsas de los puestos callejeros de perritos calientes, invade todo el espacio. Este olor, en muchas ocasiones se ve mezclado con el olor del chocolate o el del carbon del grill de algun restaurante cercano. Este es sin duda un aroma que caracteriza a la ciudad, forma parte del paisaje como el Empire State Building o la torre Christler.
Una de los platos mas exquisito que he probado en esta curiosa ciudad ha sido la merluza en salsa de frigoles y con foie. El plato se compone de tres parte, por una parte se hacen los frigoles cocidos con ajo, cebolla y tomate, posteriormente se le añade una reducción de vinagre de aceto de modena, posteriormente, a la parrilla se hace un trozo de lomo de merluza y unas láminas de foie fresco.
Vuelta y vuelta, todo hecho se presenta, primero los frigoles y encima la merluza y el foie.
Un rico plato sabroso y de espectacular presentación como la ciudad a la que hoy rindo homenaje.
El tópico tipico de que en EEUU solo se comen hamburguesas es algo que hay que empezar a desterrar, una variedad de pescados inhundan las cartas de los grandes restaurantes newyorkinos. La fusion entre diversos tipos de cocina están presente en multitud de restaurantes. La variedad de cocinas, con diferentes ingredientes y tecnicas enriquecen a esta ciudad de grandes proporciones.
Al salir del metro por cualquier calle centrica de Manhattan, el olor a la mezcla de salsas de los puestos callejeros de perritos calientes, invade todo el espacio. Este olor, en muchas ocasiones se ve mezclado con el olor del chocolate o el del carbon del grill de algun restaurante cercano. Este es sin duda un aroma que caracteriza a la ciudad, forma parte del paisaje como el Empire State Building o la torre Christler.
Una de los platos mas exquisito que he probado en esta curiosa ciudad ha sido la merluza en salsa de frigoles y con foie. El plato se compone de tres parte, por una parte se hacen los frigoles cocidos con ajo, cebolla y tomate, posteriormente se le añade una reducción de vinagre de aceto de modena, posteriormente, a la parrilla se hace un trozo de lomo de merluza y unas láminas de foie fresco.
Vuelta y vuelta, todo hecho se presenta, primero los frigoles y encima la merluza y el foie.
Un rico plato sabroso y de espectacular presentación como la ciudad a la que hoy rindo homenaje.
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